El 26 de Octubre de 2010 me enteré que estaba embarazada (yo
juraba que los vómitos eran a causa de mi examen de grado jaja). Fui a un con
el Ginecólogo Luis Vargas de la Clínica Santa Lucía en San Bernardo ¡Que hombre
más desgraciado! Cuando él me pesó estaba en 116 kilos y me retó mucho porque
me había quedado embarazada siendo obesa ¡Doctor no se si se acuerda que hace
unos dos años atrás fui donde usted a pedirle pastillas anticonceptivas para no
quedar embaraza y usted me respondió: “con esa obesidad que tienes dudo que
quedes embarazada”! En fin… me sentí muy discriminada por este doctor mediocre
y decidí ver a otro que no se si era de la misma generación o de otra peor. El
doctor Pedro Álvarez del Centro Médico Mutrum de San Bernardo parecía muy
simpático, me dijo de buena forma que debía bajar un poco más de peso y me
mandó a nutricionista, todo iba ok e incluso bajé dos kilos, pero oh oh! Salí
de vacaciones en enero, vine a ver a mi familia con mi marido y al regresar a
Santiago voy a ver al doctor y ¡sorpresa!
Había subido los dos kilos que bajé…todo mal, el Doctor se enojó muchísimo
conmigo: “una persona con educación y cultura no hace lo que estás haciendo tú”
“Por qué no te vas a tratar a la Clínica Dávila mejor”, fue lo más suavecito
que me dijo hasta que me mostró sus manos y me dijo muy enojado: “Me transpiran
las manos al ver tu caso” “así como vas va a ser la bebe o tú pero no ambas”.
¡Guau…Guau…Guau! ¡Cómo salí llorando de aquel lugar, cómo me sentí tan mal!, me
sentí humillada, discriminada, me sentí la peor mujer del mundo por traer a una
bebe a este mundo con semejante obesidad. Lloré mucho, mucho abrazando mi panza
y sintiéndome muy culpable.
Ya quedaban casi dos meses para el nacimiento de mi hija, la encomendé
muchísimo a Diosito y gracias a Dios nunca tuve problemas con nada, siempre los
exámenes salieron muy buenos. Mi marido consiguió el dato de un doctor en la
Clínica Hospital del profesor en Estación Central. Le expusimos nuestro caso y el doctor se
portó realmente un siete, siempre me trató muy bien, a esa altura yo ya estaba
en 119 kilos y el doctor me entregó mucha confianza. Hasta la fecha con mi
marido estamos agradecidos de él. ¡Terminé mi embarazo con 125 kilos! Mi hija
nació muy bien y yo después alcancé a bajar a 112 kilos.
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