En el año 2009 pesé 112 kilos y decidí que quería operarme
(mi marido y mi familia me apoyaron full), fui a la Clínica San Joaquín de la
UC en Las Condes, y pedí hora con el Dr. Ibañez quién me mandó
a hacer unos exámenes, me mandó a bajar de peso, me mandó a nutricionista, la
nutricionista me mandó a unas charlas, también me mandaron a sicólogo, el
sicólogo me mandó a psiquiatra y ufffff pero ¡qué manera de gastar tanta plata!
No quiero ni sacar la cuenta pero creo que en esa época gasté cerca de 400 o
500 mil pesos en puros trámites y bueno llegué a bajar a 103 kilos (con dietas
de 1000 y 1200 calorías, además de sibutramina y otras pastillas más), poco a
poco me fui desilusionando porque nunca me daban fecha para cirugía y cada vez
que iba a control me decían que tenía que seguir bajando ¡Doctor! ¿Qué parte de
“hace años no bajo de 100 kilos” no entiende? ¡Quiero una cirugía!.
Ese año nos entregaron nuestra casa así que: ¡adiós dinero para la cirugía!.
Mis padres con mucho esfuerzo me volvieron a comprar Herbalife, no sé si es por
un cuento de que dejé la sibutramina o qué pero en vez de bajar unos kilillos
con Herbalife subí de peso!! De los 103 que pesaba en el 2009 ya a mediados del
2010 estaba pesando 115. ¡Porfavor! ¡Qué fea me sentía! Pero como siempre ante
los demás yo alegre y para mí la obesidad no era tema. Muchas veces lloré de
rabia por ser así, de pena por no ser “normal”, muchas veces me pregunté por
qué la vida había sido tan injusta conmigo… ¿Porqué tuve que ser yo la nació
gorda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario